Espiritualidad y compromiso en la misión

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”

Juan 17:3

¿Cuál es la evidencia de un profundo sentir misionero? La espiritualidad. La eficacia de la misión de la comunidad de fe se realiza en situaciones reales y concretas a partir de dos premisas claves enseñadas por el propio Señor Jesucristo:

a)    Conocer a Dios, el único verdadero

b)   Conocer al enviado, Jesucristo

Muchos fracasan en comprender plenamente el sentido de la misión porque no tienen una relación personal y profunda con Dios. Para entender la eficacia de saberse comprometidos con la obra de Dios, es preciso saber por propia experiencia la espiritualidad que surge de conocer al único y verdadero Dios y al enviado.

Conocer a Dios es saberse plenamente comprometido con la misión de Dios. El carácter del “enviado” es una de las más increíbles manifestaciones de Dios en la vida de una persona.

El discípulo conoce estos aspectos claves para desarrollar la misión.

Concluimos, la vida eterna tiene un propósito y un carácter misioneros. Toda persona que ha recibido esta gracia, debe involucrarse en el propósito mismo del plan de Dios para la humanidad, debe haber evidencia de tal relación basada en el amor y entrega incondicional.

Dos maneras históricas de hacer misión en Perú

Evangelio de Lucas en Árabe (1377)

Durante muchos años la rivalidad entre dos enfoques o perspectivas misiológicas  ha caracterizado el impulso misionero en el Perú. Por un lado, una tendencia hacia lo educativo o teológico, de servicio o entrenamiento; por otro, una orientación hacia la plantación de iglesias dentro y/o fuera del país

El concepto de misiología no puede reducirse sólo a estas dos expresiones de misión, sino que se ha aperturado hacia una multifacética y variada metodología y práctica misiológicas. Con esto, planteamos los siguiente: La práctica misiológica no se expresa sino a través de muchas aristas que incluye la variedad que se expresa en el propio cuerpo de Cristo. Tal es la riqueza de los dones, tal es la expresión de la iglesia en misión.

Misiológicamente, entonces, podemos abarcar una variedad de formas de hacer misión teniendo en cuenta la propia naturaleza de la iglesia. El problema es que se confunde la misión con la evangelización o el servicio social. El caso latinoamericano ha devenido en un reduccionismo que ha tergiversado el concepto de misión y al mismo tiempo ha ocasionado una misión aislada de sus formas, y hasta veces irreconciliable.

El quehacer vocacional ha despertado en muchos, a lo largo de la historia, un compromiso con el prójimo en varios aspectos: Derecho, medicina, medio ambiente, enseñanza, etc.

Latinoamérica necesita no sólo explorar esta variedad de recursos misiológicos, sino que además debe enfatizar una expresión más rica y digna del pueblo misionero de Dios en su contexto sociocultural. Según la “teología paulina de la misión” no hablamos sólo de plantación de iglesias, sino de una presencia de la iglesia con claros propósitos de reconciliación, transformación, de cambio; y para ello, se requiere una labor multifacética que sólo el ejercicio de los dones espirituales puede responder con precisión y eficacia.

Preparándonos para la Gran Cosecha en el Mundo Musulmán

"Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad"

1 Timoteo 2:4

Lo que un Musulmán dice de la fe cristiana:

1. La Palabra de de Dios ha sido cambiada

2. Dios no existe como trinidad

3. Dios no pudo haber tenido un hijo

4. Dios no pudo haberse hecho hombre

5. Jesús no pudo haber sido divino

6. Jesús no murió en la cruz

7. Nadie puede morir por otro

¿QUÉ HAREMOS ENTONCES?

"Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Tened buena conciencia para que lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo"

1 Pedro 3:15-16 

El reto para el cristiano y la tarea misionera en todo el mundo, es la preparación adecuada, en cada contexto, en cada cultura, en cada situación. Sin ella, no podremos impulsar una misión honesta y capaz de transformar las situaciones de injusticia, hambre, corrupción y todo tipo de desorden moral y social.