Bienvenid@ a la cuarta parte de esta serie titulada "¿Dónde comienza la Sana Doctrina? El tema de hoy es:
EL QUE ANUNCIA OTRO EVANGELIO ES MALDITO
Son palabras muy fuertes para este tiempo contemporáneo, parecen ser ofensivas a la sensibilidad de muchas personas; más aún podrían entenderse como intolerancia religiosa y fanatismo. Pero no es ese el sentido aquí, sino que viene de un contexto de protección y cuidado de aquello que es verdadero, sin que ello signifique una forma de rechazo o persecución.
Sobre la dinámica de la enseñanza observamos dos perspectivas:
1. Perspectiva del que habla o enseña: El emisor, la fuente.
(v. 8) Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito).
¿Cuál es el punto de referencia? El evangelio de Jesucristo, la Palabra de Dios. Es ese evangelio que ha sido trasmitido y enseñado a través de todo este tiempo de generación en generación. En otras palabras, fuimos "evangelizados". Fueron las buenas Noticias de Jesucristo las que nos fueron anunciadas.
Ahora, el escritor nos plantea una pregunta por medio de expresiones que definen posiciones acerca de la verdad del evangelio. ¿Es posible que se anuncie otro evangelio? Pablo sugiere que sí, pero si ese fuera el caso, contrasta enormemente con el evangelio del reino. Entonces, ¿Cómo saber si es el evangelio del reino? ¿Es que es posible discernir el verdadero evangelio del que es falso? La eficacia de éste no se mide tanto en el número como en la realidad de la libertad plena. Veamos este contraste:
- El evangelio que no es el evangelio perturba la mente, crea estrés, se basa en la duda y el miedo. Crea angustia.
- El evangelio de Jesucristo libera tu mente, la sana, la renueva, la limpia. Trasmite paz y gozo. La verdad siempre libera, te da confianza y afirma tu carácter.
El evangelio es mayor que el mensajero
Anathema, ανάθεμα
Esta es la palabra griega que se traduce "maldito" en el español" y tiene significado cuando por su uso, lo ubicamos dentro del contexto de lo religioso y lo sacrificial, cuyo propósito expresa lo que ha sido consagrado. Dentro de las culturas ajenas a la hebrea, se trataba de un objeto diseñado para permanecer, específicamente, era una ofrenda que resulta de un voto, el cual después de ser consagrado a un dios era colgado sobre los muros o las columnas del templo, o puesto en algún otro lugar conspicuo (que atrae o llama la atención). En cuanto al hebraísmo, era un objeto dedicado a Dios sin la esperanza de ser redimido, y si se trataba de un animal, debía ser sacrificado; esto es, la persona o cosa quedaba condenada a la destrucción. Un hombre maldito, es alguien dedicado a la seriedad de sus votos.
Esta es la palabra griega que se traduce "maldito" en el español" y tiene significado cuando por su uso, lo ubicamos dentro del contexto de lo religioso y lo sacrificial, cuyo propósito expresa lo que ha sido consagrado. Dentro de las culturas ajenas a la hebrea, se trataba de un objeto diseñado para permanecer, específicamente, era una ofrenda que resulta de un voto, el cual después de ser consagrado a un dios era colgado sobre los muros o las columnas del templo, o puesto en algún otro lugar conspicuo (que atrae o llama la atención). En cuanto al hebraísmo, era un objeto dedicado a Dios sin la esperanza de ser redimido, y si se trataba de un animal, debía ser sacrificado; esto es, la persona o cosa quedaba condenada a la destrucción. Un hombre maldito, es alguien dedicado a la seriedad de sus votos.
Esta definición lo que nos sugiere es una autoeliminación, una decisión personal hacia la destrucción. Si el mensajero pretendía anunciar un evangelio diferente, era un anatema; es decir, parafraseando al propio Jesucristo, es alguien que saliéndose del camino, ha optado por la autoeliminación del que es responsable.
¿Quién es mayor: el mensaje o el mensajero?
Este sistema de enseñanza y práctica de la fe, es realizada por personas cuyas enseñanzas perturban la mente, y en sus pretensiones, se han hecho a sí mismos mayores que el mensaje de las escrituras. Se colocan por encima del mensaje y aun de Dios mismo, y del Espíritu Santo quien inspiró las escrituras. Son personas que han hecho un voto (una especie de ritual sacrificial o dedicación) cuya esencia es la perturbación de la mente de las personas y del evangelio de Jesucristo.
- Si un mensajero anuncia otro evangelio, sea anatema.
- Si un apóstol anuncia un evangelio diferente, sea anatema.
- Si un ángel trasmite un evangelio extraño, sea anatema.
Desde una perspectiva religiosa, es un objeto o una persona que ha sido excomulgada, no porque se le ha dado tal sentencia, sino porque se ha eliminado a sí mismo.
Una palabra dicha ya, como predicción
2. La perspectiva del oyente: El receptor
(v. 9) Como hemos dicho antes, también repito ahora:
Esto es "una vez más, les digo lo mismo". Lo que les había anticipado, y ello, de manera corporativa. No es una enseñanza verticalista, de un solo hombre, sino de todos aquellos que habían recibido la gracia de Dios por medio de Jesucristo. La horizontalidad es un rasgo de esta dinámica.
Nuevamente les vuelve a prevenir sobre la importancia de este principio: Si alguien les anuncia un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema. Es precisamente lo que venía sucediendo en esta comunidad de Galacia, se habían salido del evangelio para seguir otro diferente.
Un evangelio contario al que recibieron.
Hay una dinámica entre el mensajero y el que recibe el mensaje. El Mensaje no cambia. Tanto el que anuncia como el que recibe, a pesar de la individualidad y la perspectiva, enseñan el mismo mensaje, defienden los mismos principios, proclaman esa diversidad que los hace distintos. Ese rasgo corporativo no anula la individualidad ni la propia experiencia de cada uno.
Una relación estrecha entre anunciar y recibir.
euaggelizō, ευαγγελίζω
La consistencia del evangelio se evidencia en el anunciar esas buenas nuevas (“evangelizar”), y en ese proceso, el mensajero declara y trae alegría en ese anuncio, y lo demuestra, no sólo en el momento mismo que ello ocurre, sino que es precisamente una señal de esa consistencia. Un rasgo interesante del evangelio es el "traer alegría"; es decir, se trata de una comunicación que genera alegría en el oyente, no una preocupación o sospecha. La dinámica de estas buenas noticias se ve claramente en su contexto social, pues una persona en este sentido, fortalece con ricas cualidades de socialización a sus comunidades. Lo anti-social, no es un rasgo aquí.
Paralambano, παραλαμβάνω
Significa recibir cerca, esto es, asociarse con uno mismo (en cualquier familia o acto de intimidad o relación); por analogía se trata de asumir un oficio; y figurativamente es aprender. Este recibir conlleva una estrecha relación, familiaridad, intimidad. La persona que recibe aprende por medio de intimar con la persona que trae esas buenas noticias, y por medio de ello, desarrollar y asumir su oficio dentro del amplio contexto corporativo.
CONCLUSIÓN
Uno de los rasgos fundamentales del cristianismo, no es el mero reunirse, sino el de estar juntos en un aprendizaje comunitario, en un ambiente de familia, amical y lleno de expresiones de alegría y compromiso. No es una reunión de los de arriba y los de abajo; de los que más saben y los que menos saben. Es un compañerismo que se da en un ambiente de horizontalidad y heterogeneidad.
Ahora, la pregunta de Pablo es válida para este tiempo también, ¿Cómo es que cambiaron si empezaron bien? ¿Cómo fue que dejaron ese compañerismo para adoptar ideas extrañas? Todo aquello que va más allá del compañersimo, que anula la comunión, el aprendizaje comunitario, es una expresión de autoeliminación. Tanto el que anuncia como el que recibe, se autoeliminan. Esa es su responsabilidad.
Hay los que anuncian otro evangelio, y hay los que reciben otro evangelio. Ambos quedan al descubierto, ambos son responsables por sus acciones y decisiones.
Que Dios te bendiga, nos vemos la próxima semana.
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