¿Cuáles son los alcances de vivir “en paz y tolerancia con personas que no
tienen nuestras mismas creencias”? Dentro de un contexto de laicidad e igualdad,
este principio de convivencia no sugiere ni mayorías ni minorías como un
presupuesto para definir la aceptación o el rechazo de una ordenanza. Pero aquí
se sostiene que el DIOS GUERRA, el DIOS ABSOLUTO ha colocado a un grupo de
escogidos para dictar las leyes de conciencia de una sociedad plural, pero, al
estilo constantiniano, inmadura e imperfecta, necesitada de regulaciones
morales. Esta percepción absolutista, ve a los demás como enemigos absolutos a
quienes hay que derrotar. Cualquier grupo minoritario, será medido bajo esa
cosmovisión de ABSOLUTOS … y con esa precisión querrán imponer sus ideas; que
en el caso peruano, es precisamente un escollo para la convivencia democrática
en temas de religión y creencias. Creo que la psicología, la sociología, la
antropología, la historiografía, pueden dar un aporte significativo sobre estas
conductas y percepciones propias de estos grupos y sus presupuestos
ideológicos, que se habían pensado habían sido superados, pero sobreviven en
contextos distintos donde se requiere aperturas.
La pregunta, ¿Entonces su sugerencia seria obviar el resto de ciudadanos
que no están de acuerdo con la cultura LGTB? Es una expresión absolutista que
evalúa el principio de igualdad bajo parámetros de referéndums y marchas, yo no
como un derecho en sí mismo al alcance de todas las expresiones. Si creíamos
que el “Muro de Berlín” había caído en la historia de todas las naciones, aquí
se evidencia que sigue siendo un coloso en la conciencia de muchos peruanos, y
cuando esperábamos que fiel a su historia, sean precisamente los movimientos
del protestantismo latinoamericano, los que ayuden a construir sociedades más
justas, aquí se impone la ideología conservadora y militante al estilo del cura
Valverde y sus aliados, que trajeron los ABSOLUTOS del Dios de la Corona imperial en guerra
contra de Wiracocha que muy bien describe Juan A. Mackay en su obra “El otro
Cristo Español”.
“Así como los LGTB tienen derecho a expresar su voz, los creyentes en Dios
también tienen derecho a expresar su voz.” ¿Qué significa la frase “los
creyentes en Dios”? Ya mencionamos previamente esa forma bipolar de entender
las culturas y el desarrollo de las naciones, esa dicotomía fundacional de las
creencias, en el que por un lado están “los creyentes en Dios” y en el otro, el
resto de la sociedad peruana, dando a entender que un LGTB es un creyente de
cualquier cosa, menos de Dios. Esto nos da una idea de la imagen
fundamentalista que se construye en el interior de estos grupos que
precisamente han hallado cabida en la conservadora expresión de otras creencias
que sostienen estas tradiciones antiguas, especialmente, la romana católica.
“Hay una gran diferencia entre la separación del estado y la iglesia y la
separación de Dios del estado, esto jamás.”
¿A qué Dios se refiere? ¿Al que trajeron los españoles? Un Dios ABSOLUTO a la medida de los conquistadores y la
minimización y ridiculización de las demás creencias. Un Dios que impuso el
idioma español por encima del quechua, el aymara, el ashaninka… Un Dios que se
impuso a filo de espada y tiro de rifle … Un Dios que requiere de un ejército para
saquear y cometer abusos … Antes de la llegada de los españoles, ¿Estaba Dios
en el Continente? ¿Qué Dios? El que se manipula bajo ideologías y se abusa en
el uso indiscriminado de los textos bíblicos. Ese Dios … no es el de la cruz,
sino el de la espada. Es la
ideología de Torquemada y sus aliados. Esa expresión de paz y tolerancia, es
sólo un cliché.
¿Qué confunde a los niños? ¿Una sociedad que se norma y se regula bajo
leyes igualitarias y de respeto, o una impositiva que usa el factor mayoría
para abusar de las minorías? Lo que en cierta manera, esta ordenanza municipal,
no Estatal, como se sostiene erróneamente, ha puesto al descubierto es: La
incapacidad del liderazgo de cierto sector evangélico y católico romano para
sobrellevar la convivencia con todos los sectores de la sociedad, la debilidad
de sus grupos nucleares que no trascienden ni pueden influenciar en el
desarrollo de la nación sino sólo bajo “mano dura”, la inconsistencia de sus
formas de gobierno eclesiales en las que sólo un grupo de iluminados dirigen el
destino de sus feligreses, la incapacidad de sectores evangélicos de ser “sal y
luz” en relaciones igualitarias, la total dependencia de esos ABSOLUTOS que no
ayudan a un mejor acercamiento al tema LGTB y otros más, sino sólo a través de
leyes injustas y represivas. ¡Qué lástima esa ilusa reflexión sobre los
impuestos de todos los peruanos! Esperamos, si hay equilibrio en sus posturas y
declaraciones, realicen marchas para reclamar la derogación del Concordato,
donde sí se usa esos fondos para sostener al clericalismo en el Perú, en clara
discriminación con las demás confesiones religiosas. No es libertad de
conciencia lo que estas objeciones
presentan y defienden, sino la debilidad propia en la formación de sus miembros,
de sus creencias y su misión. El miedo viene por esa inconsistencia, por esas
debilidades. El respeto no necesita ni imposición ni escollos, ni muros, sino
fortalezas y riquezas socioculturales que se expresan y se manifiestan en la
convivencia.
¿Casacas rosadas? ¿Niños imponiendo el uso de casacas rosadas? ¿Una forma
de Buylling homosexual? ¡Qué imaginación! Producto de los miedos y esas
inconsistencias, se sostiene de alguna manera, que es mejor el abuso
heterosexual antes que el homosexual, pues el primero, es de las mayorías. Se
sostiene la idea que con una afirmación igualitaria, se va a homosexualizar a
toda la nación. Sólo una idea medieval puede afirmar tales inconsistencias. Así
se pensó acerca de los derechos de la mujer y de los negros … mas bien producto
de un machismo y un racismo que no tenía fundamento.
El Perú y Latinoamérica del siglo XXI necesitan de teologías que
contribuyan a cubrir esos vacíos que hoy son importantes, y que ayer no eran
tan evidentes como ahora. No hay tal hecho de lobbys o intereses, sino de
reflexionar en libertad y sin ataduras teológicas del pasado para expresar al
Cristo de la historia y Señor del Cosmos, como soberano. ¿Tiene Dios sexo?
¿Cuál? El término “Naturaleza Humana”, que ha sido sostenida y desarrollada
precisamente a lo largo de la historia, ¿cómo y cuándo comenzó a usarse? ¿Por
qué ese temor a hacer una nueva teología para el tiempo presente?
(*) Esta serie se corresponde a una charlas sostenidas en el facebook acerca de la ordenanza municipal de Lima - Perú y las marchas anti LGTB.
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